martes, 3 de febrero de 2009

OTRA VEZ LOS HUBER

Seis semanas sobre el hielo perpetuo. Temperaturas por debajo de los -50º, crudas tormentas arremetiendo por sopresa. Solo ayudados por la ropa, un saco de dormir y una tienda, los Huber, ahora acompañados de uno de los alpinistas más completos del Viejo Continente, Stephan Siegrist, vuelven a rebasar los límites de su propia imaginación, llegando a escalar 750 metros de granito vertical en unas circunstancias que a muchos ya nos parecerían suficiente aventura.

Los hermanos Huber y el suizo Siegrist viajaron hasta los hielos perpetuos de la Dronning Maud Land (Queen Maud Land), hasta donde les acompañó el cámara Max Reichel, quien se iba a encargar de documentar de primera mano esta expedición extrema. Como no ocurre en ningún otro lugar de la Antártida, el equipo escogió las formaciones rocosas que brotan del gélido escudo de la Reina Maud. Estas torres atraviesan como misiles el kilómetro de hielo sobre el que se encaminaron los Huber, creando una única y espectacular cadena, aparentemente interminable dentro del gran desierto glaciar. 

Las más altas y espectaculares montañas superan los 2.500 metros. El Ulvetanna, una cima de dificultad alta (y eso que hablamos de los Huber), llega a los 2.931. La fina torre del Holtanna asciende hasta los 2.650 metros y su cara oeste es una de las más exigentes de la Antártida. Aparte del impresionante Ulvetanna (colmillo de lobo), los tres alpinistas fueron seducidos por la mencionada vertiente del Holtanna (colmillo hueco): un big wall de 750 metros verticales sobre la poca roca que permite la Antártida. En menos de seis semanas, el equipo debía concretar sus ambiciones y solo contaban con las sugerencias de otros expedicionarios antárticos: "la escalada libre en estas temperaturas no es actualmente imaginable". Pero soñar para los Huber no es más que seguir adelante, un paso tras otro, un agarre tras otro.

El trío superaba las 750 metros de la cara oeste, aunque se verían obligados a, en parte, escuchar los consejos previos al viaje. "Hacía mucho, mucho, frío", comentó Thomas Huber. La línea que abrían sería bautizada como Eiszeit (Edad de Hielo), estableciendo 24 nuevos largos con dificultades en libre de de hasta 6b y pasajes artificiales de A4.

Solo una semana más tarde, los tres alpinistas se sentían preparados para afrontar la ascensión del North Buttres al Holtanna, "encontrando dificultades moderadas" y fijando 10 nuevas tiradas alumbradas como Skywalk.Todavía les quedaba una gran meta a "los incasables" Huber. "Antes del final de nuestra expedición a la Antártida, disfrutamos de la suerte de una ventana de buen tiempo", rememoran los germanos, quienes aprovechaban las dos siguientes jornadas para abrir un itinerario de 6c y A2, que lleva por nombre Sound of silence, en el West Buttres."Fue la guinda a la que probablemente es nuestra expedición más increíble hasta la fecha". 
No pudieron, sin embargo, volver a casa con todos sus proyectos cumplidos. La ascensión enteramente en libre de una gran ruta en la Antártida se convirtió (con los habituales -20º) en una meta "virtualmente imposible". "Lo hemos intentado todo, lo hemos dado todo y regresamos felices", concluyen los Huber. El documental sobre su expedición, producido por Max Reichel, pronto verá la luz.

Ascensiones 
Ulvetanna, tercera ascensión y primera por el West Buttres: Sound of silence(6c, A2, 850 metros, 60º en nieve, 20 largos) 
Holtanna, tercera ascensión, primera de la cara oeste: Eiszeit (6b, A4, 750 metros, 24 tiradas) 
Holtanna, cuarta ascensión y primera en libre, por el North Butres: Skywalk (6a, 450 metros, 10 largos).

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